Luego de tres días de la nueva toma realizada por los mineros del yacimiento Santa Ana de Curanilahue, sus familiares no descartaron sumarse al movimiento.
Los trabajadores se encuentran preparados comida, agua, colchonetas y frazadas ante lo que podría ser una medida extensa.
Son cerca de 70 mineros de la quebrada firma SW Curanilahue los que se encuentran viviendo bajo tierra.
La toma es apoyada en la superficie por el resto de los trabajadores de la mina. Todos ellos aspiran a que el Gobierno les traspase la concesión del yacimiento.
Ante la crisis comenzaron a explotar el mineral, acción que fue detectada y declarada ilegal por el Sernageomin, organismo que ordenó su clausura definitiva.
A diferencia del movimiento del año pasado, ahora existe un síndico de quiebras, pero desde el Gobierno aseguraron que esto se trata de un asunto entre privados.
Desde agosto de 2015 que los mineros quedaron en condición de abandono sin sueldo, imposiciones ni el pago de deudas descontadas bajo tierra.