Actualmente todos conocemos la Escala de Richter, pero no fue sino hasta 1935 que el sismólogo estadounidense, Charles Richter, pensó que sería una buena idea crear una escala para calcular la magnitud de los sismos.
Los movimientos telúricos, conocidos comúnmente como sismos o terremotos, son elementos que se originan en el interior del planeta. Cada año La Tierra experimenta millones de temblores, así lo revelan datos el IGN (Instituto Geográfico Nacional), aunque la mayoría de ellos son muy leves.
Aunque nos parezca insólito, los movimientos telúricos son cosas del día a día. Las placas tectónicas, que forman la corteza terrestre, se mueven lentamente sin que nos demos cuenta. Ellas están en constante flujo, pero, de vez en cuando, algo obstaculiza ese movimiento y comienza a acumularse energía que, cuando aflora, la sentimos como un fuerte sacudón que conocemos como terremoto. Pero no solo existen movimientos de las placas tectónicas, aunque son los más comunes, también están los volcánicos y de otras clases.
Los expertos toman en cuenta dos factores al momento de catalogar un terremoto: la magnitud y la intensidad.
La magnitud tiene que ver con la energía que se libera al momento del evento telúrico. Para establecerla, los científicos miden la amplitud máxima de las ondas que produce un sismo. Actualmente todos conocemos la Escala de Richter, pero no fue sino hasta 1935 que el sismólogo estadounidense, Charles Richter, pensó que sería una buena idea crear una escala para calcular la magnitud de los sismos. Hoy en día es la que más se utiliza en el mundo para determinar la fuerza de un movimiento telúrico. La Escala de Richter va de 1 a 10 grados, y aunque de momento no ha ocurrido algún sismo que supere ese límite, la misma tiene una acotación abierta. Los terremotos más fuertes, según esta escala, son los que van más allá de los 7 grados, que son los que suelen causar estragos.
Pero, a pesar de los avances tecnológicos, no existen todavía métodos que puedan predecir los terremotos con un tiempo considerable de antelación, para prevenir pérdidas humanas y hasta materiales. Sin embargo, se suelen emplear algunos métodos, que no son invasivos, a través de escáneres o unos aparatos que se conocen como ecógrafos, que tienen como objetivo recoger información del interior de la corteza terrestre para estudiarla, aunque, aun así, estos métodos son muy limitados.
Durante toda su larga vida, la Tierra ha sido escenario de grandes y desastrosos movimientos telúricos. Algunos de ellos han causado incontables pérdidas humanas y han quedado en el recuerdo de la humanidad. Los sismos más potentes hasta la fecha han sido:
Valdivia (Chile)
Chile es uno de los países de Latinoamérica más propenso a los terremotos. Y aunque para sus pobladores es normal que tiemble de vez en cuando, el 22 de mayo de 1960 se registró uno de los sismos más poderosos que ha golpeado esta región, de 9.5 grados en la Escala de Richter, dejando un saldo de al menos 1.655 personas fallecidas y 3.000 heridos. Unas 2.000.000 perdieron sus casas y el tsunami, que se generó luego del fuerte movimiento, provocó graves daños en zonas cercanas como Hawai, Nueva Zelanda, Japón, Filipinas y Estados Unidos.
Alaska (EEUU)
El segundo terremoto más fuerte que ha golpeado a la humanidad ocurrió en Alaska el 27 de marzo de 1964, un Viernes Santo. Fue tan impetuoso que provocó un Tsunami con olas de hasta 5 metros de altura. El movimiento telúrico de 9.2 grados duró unos cuatro minutos, y en ese tiempo logró deformar 200.000 kilómetros cuadrados de toda la superficie terrestre. Hasta ahora es el sismo más poderoso ocurrido en Norteamérica. Otro efecto devastador fue que convirtió el suelo y arena de sólido a líquido, lo que ocasionó que colapsaran viviendas ubicadas en cerros como el Turnagain.
Sumatra-Andamán (Indonesia)
El siguiente en la lista ocurrió en el año 2004 y tuvo una fuerza de 9.1 grados. Este sismo ha sido uno de los más largos de la historia con un tiempo estimado de 8,3 a 10 minutos. Tuvo su epicentro en el Océano índico, cerca de la costa oeste de Sumatra, y dejó el lamentable saldo de 228.000 muertos y desaparecidos. Este terremoto fue tan potente, que logró que el planeta vibrara, al menos, un centímetro.
Kamchatka (Rusia)
Este terremoto, que ocurrió en 4 de noviembre de 1952, con una magnitud de 9.0, que alcanzó la península de Kamchatka, en Siberia, desencadenó una serie de intensos maremotos que afectaron zonas cercanas como Hawai, Chile, Alaska, Japón y Nueva Zelanda.
Costa de Honshu (Japón)
Japón es otra zona donde se generan muchos movimientos telúricos. El 11 de marzo de 2011 se registró una de los más fuertes de su historia, con una magnitud de 9.0 grados. Tuvo su epicentro en el océano, específicamente frente a la isla de Honshu, 130 kilómetros al este de la capital de la prefectura de Miyagi, Sendai. Ocupa el quinto lugar en la lista de los terremotos más devastadores de la humanidad. Según imágenes de la Nasa, los dos minutos que duró el sismo fueron capaces de mover a todo Japón por lo menos dos metros. Cuatro plantas nucleares se vieron severamente afectadas por los movimientos.
Perú
Otro de los terremotos más destructores de Latinoamérica ocurrió en Perú, el 13 de agosto de 1868. Es conocido como “Terremoto de África”. Con sus 9.0 grados de magnitud causó la muerte de más de 600 personas y causó olas de hasta 18 metros de altura. Algunas zonas afectadas no pudieron recibir ayuda instantáneamente, sino hasta tres semanas después. Según estimaciones, 80% de las poblaciones quedaron destruidas.
Sumatra (Indonesia)
Indonesia fue escenario de un terremoto devastador en 2004, pero mucho antes, el 25 de noviembre de 1833 un terremoto de entre 8.8 y 9.2 azotó la isla de Sumatra. Fueron alrededor de cinco minutos los que duró el movimiento, que ocurrió como consecuencia de la concurrencia entre dos placas tectónicas: la Indoaustraliana y la de Eurasia. Hasta la fecha no se ha establecido una cifra exacta de víctimas.
Curanipe y Cobquecura (Chile)
El 27 de febrero de 2010 Chile experimentó otra catástrofe telúrica. Con sus 8.8 grados de intensidad fue capaz de ocasionar severos destrozos en las regiones de Curanipe y Cobquecura. Se contabilizaron unos 2 millones de heridos y unas 500 mil viviendas afectadas.
Shaanxi (China)
Finalmente, entre los terremotos más mortales de la historia se encuentra en ocurrido el 23 de enero de 1556 en la ciudad china de Shaanxi. Su intensidad no ha sido la mayor registrada en la historia de China, pero este fue de los más catastróficos, pues en su corta duración, que fueron cuatro minutos, logró acabar con la vida de unas 830.000 personas. De hecho, unas 97 ciudades quedaron afectadas, por lo que fue denominado como el terremoto más mortífero de la historia. También ocupa el quinto lugar entre los desastres naturales con más muertes.
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