Hace exactamente dos años, las llamas del incendio de la cárcel de San Miguel truncaron la vida de 81 reos y reinstalaron en el debate público los problemas de hacinamiento penal.
Tras la controversia desatada -que incluyó críticas del entonces ministro de Justicia, Felipe Bulnes, a la Concertación por incumplir las promesas en el área-, el Gobierno preparó su propia modernización penitenciaria.
Siguiendo recomendaciones de la consultora Altegrity Risk (de EE.UU.), se incluyó el anuncio de más recintos que mejorarían las condiciones de los apretujados penales tradicionales. "Iniciamos la construcción acelerada de cuatro nuevas cárceles", recalcó el Presidente Sebastián Piñera en su Mensaje del 21 de mayo de 2011.
«La Segunda Sábado» indagó en los avances de este anuncio: Pese a la prioridad que se puso, tales recintos aún no toman cuerpo. Y según la planificación vigente, sólo hacia el primer semestre del próximo año dos de los cuatro penales proyectados (Copiapó y Talca) podrían comenzar a construirse. Santiago y Chillán siguen en carpeta.
En medio de este atraso, el gobierno negocia con las cárceles concesionadas aumentar la ocupación de los recintos: Fuentes confiables afirman que se busca aumentar el número de presos por celda, los que pasarían de uno a tres en las instalaciones manejadas por privados.
Los problemas no han sido pocos. La salida de Bulnes de Justicia en julio de 2011 hizo tambalear la primera cárcel proyectada: La de Alhué, en la Región Metropolitana.
El ministro de Justicia, Teodoro Ribera, tras varios encuentros con autoridades de esa comunidad, finalmente anunció que no se haría allí: "Yo respeto la localidad de Alhué y, como tengo alma campesina, me dolía el corazón hacerlo ahí", les dijo al alcalde y concejales.
Lo que no se dijo en ese momento es que el lugar tenía problemas de abastecimiento de agua y de locomoción (que dificultaría el desplazamiento de familiares de los internos), que hacían inviable el lugar.
El gobierno siguió buscando. Estuvo a punto de cerrar acuerdo con Bienes Nacionales para construir en terrenos de Club Hípico con Pedro Montt. Pero la municipalidad de Santiago cambió sin aviso el plano regulador: El proyecto quedó en el aire.
En el caso de Chillán, se sondean distintos sitios, pero apenas trascienden ubicaciones, se desata un fuerte rechazo en la comunidad : Uno de los potenciales vendedores (la familia Hidd, en Santa Clara) por carta informó a Justicia que se desistían de la oferta: Privilegiarían "la tranquilidad santaclarina, el bienestar de todos nuestros familiares".
En 2013 licitan el diseño: No se concesionará su construcción
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