Conferencia Episcopal salió al paso de las revelaciones de Wikileaks

El cardenal Raúl Silva Henríquez consideraba al Vaticano como "un gran aliado en la defensa y la promoción de los derechos humanos".


El vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, afirmó que el Vaticano siempre apoyó la labor de la Iglesia Católica chilena en defensa de los perseguidos por la dictadura de Pinochet, en contraste con lo que señala un documento revelado durante la pasada jornada por los medios internacionales que cuentan con la exclusiva de los cables diplomáticos filtrados por Wikileaks.
Según la versión, que cita un texto del Departamento de Estado de EE.UU., en octubre de 1973, un mes después del golpe contra Allende, el entonces subsecretario de Estado del Vaticano, Giovanni Benelli, consideraba "propaganda comunista" las informaciones sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en Chile por el régimen militar.
"Probablemente esas han sido notas preliminares, porque la información confiable sobre lo que estaba ocurriendo en Chile no se tuvo en forma inmediata", afirmó Jaime Coiro en declaraciones a la agencia EFE.
En un primer momento "no se conocía en detalle la magnitud del quebrantamiento de la institucionalidad", y esto "puede explicar que sus contenidos sean tan discrepantes de lo que fue la postura de la Iglesia en materia de derechos humanos", indicó Coiro.El portavoz destacó el papel que jugó desde el primer momento el cardenal Raúl Silva Henríquez en la defensa de los derechos humanos, con la creación, en 1973, del Comité Pro Paz, y de la Vicaría de la Solidaridad en 1975.
Silva Henríquez, que fue arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal durante varios años en la dictadura, escribió en sus memorias que "la Iglesia chilena tuvo en la Santa Sede un gran aliado en la defensa y la promoción de los derechos humanos", apuntó Coiro, destacando cómo la labor del prelado y la Iglesia en esa época Henríquez ha sido reconocida por todos los sectores de la sociedad chilena.
"Independientemente de que podía haber algún disenso interno, la actitud de la Iglesia (de Chile) tuvo un aliado importante en la Santa Sede", insistió Coiro.
En el documento filtrado por Wikileaks se afirma que el entonces subsecretario de Estado del Vaticano había indicado que los obispos chilenos le habían asegurado que las denuncias en los medios de comunicación internacionales acerca de la represión desatada tras el golpe del 11 de septiembre de 1973 eran "infundadas".
Benelli lamentaba, sin embargo, que la "propaganda izquierdista" sobre las violaciones a los derechos humanos estaba teniendo "éxito incluso con algunos de los cardenales más conservadores".

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