En el marco de las diversas actividades que conmemorarán los 40 años del golpe militar, este martes se inauguró la exposición "Libros quemados, escondidos y recuperados", cuyo fin es revelar la destrucción de libros durante la dictadura.
"Canto general", "El hombre unidimensional" y "Manual de marxismo-leninismo" son parte de la colección de alrededor de 800 libros que logró reunir la Universidad Diego Portales gracias a la colaboración de personas que en esa época quemaron, escondieron y enterraron libros por temor o represión.
"Algunos son prestados por instituciones, por individuos, otros son donaciones y compras que nosotros hicimos en librerías donde buscamos los libros que gente nos dijo que había quemado y nosotros los volvimos a encontrar, armando esta colección de alrededor de 800 libros", manifestó Constanza Brieba, la directora de extensión de la Universidad Diego Portales.
Además de contar con estanterías donde se pueden mirar los libros y leer los testimonios de sus dueños, la exposición cuenta con imágenes capturadas en la época de militares quemando libros en las calles.
"Es una exposición que se lee también, más que mirar solamente la imágenes uno tiene que leer, en torno a los libros están todas las estantería que van contando cada uno de esos momentos y esos relatos en donde las personas tuvieron que deshacerse de esos libros", dijo el director de la Escuela de Arte de la Universidad Diego Portales y curador de la muestra, Ramón Castillo.
"Cuando nos quitaron los libros, que es lo que yo planteo de tesis, nos quitaron las palabras y la tarea hoy día es recuperar esas palabras para nombrar el pasado, para también por lo tanto proyectar el futuro", complementó Castilllo.
Las historias detrás de los libros
Uno de los colaboradores de la exposición es el profesor Jaime Medina, quien desde la biblioteca de su hogar rescató cuatro libros que hoy forman parte de la muestra. "Logré salvarlos en la casa colocándolos entre la Biblia, entre libro el Corán, entre enciclopedias", comentó a Cooperativa.En la casa de Teresa Fuentes había una biblioteca compuesta por cerca de tres mil libros. Para el 11 de septiembre de 1973, recuerda, "había tanto libro que no podíamos quemar tantos, era imposible quemar tres mil libros, nadie habría podido entonces tratamos de seleccionar lo más llamativo, como los libros de educación política, y el resto quedó", confidenció.
Esos libros que no fueron quemados, pero sí escondidos y enterrados. "Hicimos un hoyo y lo pusimos en la tierra envueltos en nylon", cuenta Fuentes para agregar que ya en los ochenta los desenterraron. "Se los entregamos a un sacerdote, y el sacerdote no podía entender que habían pasado tantos años y todavía nosotros teníamos miedo".
Para el académico de la Universidad de Chile, Juan Guillermo Tejeda lo que el vivió fue una especia de autocensura al vender una completa biblioteca heredada de su padre más sus libros propios. "Uno perdió la biblioteca pero como de rebote, una autocensura sociológica", comenta.
Luego del retorno a la democracia, Tejeda comenzó a reconstituir la biblioteca de su padre y ha logrado comprar alrededor de 300 de los libros que la componían.
Hoy, 30 de esos ejemplares son parte de los cerca de 800 libros que se estarán exhibiendo hasta el próximo 30 de noviembre en la Biblioteca Nicanor Parra de la Universidad Diego Portales.
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